CALEIDOSCOPIO (de Inma Ferre

CALEIDOSCOPIO

Huellas

Paso a paso vas haciendo camino.
¿Dónde te llevará?
Nunca se sabe si el viento borrará tus huellas o quedarán marcadas para siempre; si encontrarás a alguien que te acompañe; si cruzarás ríos, montañas o arenales.
Según por donde pases irás o no marcando la vereda que servirá de guía para saber lo válida que ha sido tu larga travesía

Soledad

Soledad, mi compañera confidente y fiel amiga, la que nunca me abandona, la que siempre desde niña sabe todos mis secretos, en la que yo me refugio cuando pierdo la esperanza, cuando me miro al espejo y veo la realidad de cómo ha pasado el tiempo, cuando en el hogar vacío no se oye más que el silencio.
Soledad, mi compañera confidente y fiel amiga, la que de día me sigue y de noche me hace sombra, la sombra de los recuerdos de cuando no estaba sola.

Abandono

No fue buen labrador, dejó la tierra abandonada, no hizo barbecho, no abonó ni le dio agua. Y cuando el fruto maduró, lo segó. Se marchó dejando la tierra con grietas en el alma.
Si pudiera ser tierra que nadie cultivara, en la que solo nacieran las flores caprichosas que la naturaleza deseara, no dejaría que nadie me labrara, que nadie me sembrara para que después de recoger el fruto… se marchara.

Olvido

Siempre hay un jarrón para unas flores deseadas, una cuartilla para escribir ilusiones pasadas y momentos que no quisieras que pasaran.
Siempre hay un cuerpo para unas manos con ternura, oídos para escuchar palabras de dulzura y un corazón con ansias de cariño para acurrucar en regazo la inocencia de un niño.
Siempre hay un lecho para soñar despierta y mil razones para justificar un cruel olvido y un querer y no querer recordar lo ya vivido.

Colapso

Desperté bruscamente una mañana cuando el mundo a mis pies se vino abajo y tuve sensaciones encontradas de soledad, de paz, de angustia, de templanza… Y comencé a vagar sin buscar nada.
Encontré amistad, comprensión, risa, esperanza… y me di cuenta de que había envejecido sin crecer.
Y cuando creí que todo estaba hecho, todo me quedaba por hacer.

Balance

Ha llegado ya la hora de sentarme y descansar, hacer balance del tiempo, agrandar las buenas cosas y terminar de borrar aquellas que con el tiempo se lograron suavizar.
Ha llegado ya la hora de sentarme junto al mar, ver las olas suavemente en la orilla descansar, mirar el cielo de otoño con reflejos de metal, cómo el sol se va escondiendo entre jirones de nostalgia y libertad.
Ahora tengo todo el tiempo para poder repasar mi vida tranquilamente y volver a recordar aquellas pequeñas cosas que no sabes valorar cuando tienes pocos años y, por ley natural, te exiges tanto a ti misma y también a los demás que vives sin darte cuenta en continua tempestad.

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