La vieja y el médico
Esopo
[siglo VI a.C.]
Una vieja enferma de la vista llamó, con la promesa de pagarle, a un médico. Este se presentó en su casa y, cada vez que le aplicaba un ungüento a la enferma, no dejaba -mientras ella tenía los ojos cerrados- de robarle los enseres de la casa poco a poco.
Cuando ya no quedaba nada en la casa, terminó también la cura; y el médico reclamó el salario convenido. La vieja se negó a pagarle y él la llevó ante los jueces.
La vieja declaró que, en efecto, le había prometido el pago si le curaba la vista; pero que su estado, después de la cura del médico, había empeorado:
-Porque antes -añadió- veía algo todos los muebles que había en mi casa, y ahora no veo ninguno.
* * *
A los malvados, sus mismos actos los delatan.
Moraleja: antes de llamar a casa a un médico, despéjala de muebles.